JUSTO SIERRA Y LA OBRA EDUCATIVADEL GOBIERNO DEL PORFIRIATO , 1901-1911
En el gabinete presidencial contendían dos figuras relevantes: Limantur, ministro de hacienda y Barranda , de justicia e instrucción publica. Limantur apoyaba a los jóvenes y Barranda a los jóvenes pero se inclinaba por la gente mayor.
Un renacimiento del liberalismo militante apuntaba ya hacia propósitos renovadores entre las nuevas generaciones de la opinión pública independientemente. Eran propósitos renovadores por que los jóvenes cada vez se interesaban más en estos proyectos educativos.
En 1901 baranda cometió un desliz político: estableció contacto con un jefe militar, el general Ignacio A. Bravo, jefe de la campaña contra los mayas rebeldes
Entre el triunfo de la republica y la renovación mexicana, fases de la misma marcha de un pueblo – dice Leopoldo Zea.
Limantur mago de las finanzas, a él se le debe el avance económico, el era una persona preparada.
El peligro de dominación extranjera representado por la invasión francesa y el imperio de Maximiliano, México pusieron sus esperanzas de progreso y bienestar en el capitalismo industrial entonces ya en ascenso acelerado. México cedió la responsabilidad del progreso y bienestar en el capitalismo industrial.
Aprovecharon los servicios del caudillo que gobernaban a México, y su disposición para todo lo que representaba progreso. También le sirvió para alentar las ambiciones de poder y de dinero de terratenientes y mercaderes e, incluso estimular los primeros brotes de una actividad fabril y modernista.
Baranda no era fácil de sustituir; político muy sagaz, educador muy competente, en este caso tenían un trabajo muy difícil buscar al ideal para el frente hasta que llego don Justino Fernández quien era también científico.
En el consejo superior de educación pública lo integraban los directores generales de instrucción primaria y de enseñanza normal, los directores de escuelas profesionales y especiales, y otros funcionarios del ministerio, además de otras veinte personas seleccionadas por el gobierno entre los maestros mas competentes de los diversos servicios escolares.
Como podemos ver los que integraban el consejo eran puros profesionales, “gente competente y audaz” por así decirlo, para opiniones críticas y constructivas solo con esta gente se llevaría a cabo las recomendaciones de los congresos nacionales.
La misión del concejo era, pues, unificar la educación publica en escala nacional planteando metas que, por certeras, fueran capaces de movilizar la voluntad popular hacia el propósito concreto de formar varias generaciones de constructores de la patria que las viejas tradiciones liberales.
Todo esto para una nación moderna y progresista para el futuro de los descendientes.
Con el paso del tiempo se inicio la gestión del justo sierra como secretario de instrucción publica y bellas artes. Los criterios pedagógicos de 1905 eran el fruto de la intensa labor del consejo en el cuatrienio anterior, producto, a su vez, de la reforma educativa de los congresos de Baranda.
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